miércoles, 9 de noviembre de 2011

FLORENCIA

Florencia (Firenze en italiano) es una ciudad situada al norte de la región central de Italia, capital y ciudad más poblada de la provincia homónima y de la región de Toscana, de la que es su centro histórico, artístico, económico y administrativo. Posee 368.901 habitantes (2009), y es el centro de un área metropolitana de aproximadamente millón y medio de habitantes.
Capital de Italia entre 1865 y 1871 durante la Unificación italiana, en la edad media fue un importante centro cultural, económico y financiero. Conoció su época de mayor esplendor tras la instauración del Gran Ducado de Toscana bajo el dominio de la dinastía Médici.
Florencia es el núcleo urbano en el que se originó en la segunda mitad del siglo XIV el movimiento artístico denominado Renacimiento, y es considerada una de las cunas mundiales del arte y de la arquitectura. Su centro histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1982, y en él destacan obras medievales y renacentistas como la cúpula de Santa María del Fiore, el Ponte Vecchio, la Basílica de Santa Cruz, el Palazzo Vecchio y museos como los Uffizi, el Bargello o la Galería de la Academia, que acoge al David de Miguel Ángel.


Historia

Orígenes Romanos

Florencia empezó como un asentamiento para soldados veteranos establecido por Julio César en el 59 a. C. Se llamó Florentia y se construyó con el estilo de un campamento del ejército con las calles principales, la cardo y la decumanus, cruzándose en la actual Plaza de la República. Situada en la Vía Cassia, la ruta principal entre Roma y el norte, y en el fértil valle del Arno, el asentamiento se convirtió rápidamente en una importante ciudad comercial. El emperador Diocleciano la hizo capital de la provincia de Tuscia en el siglo tercero después de Cristo.
San Minias fue el primer mártir de Florencia. Fue decapitado alrededor del año 250, durante las persecuciones anticristianas del Emperador Decio. Después de la ejecución, se dice que recogió su cabeza y caminó a través del río Arno hasta su ermita en la colina Mons Fiorentinus, donde actualmente está la Basilica di San Miniato al Monte.

Renacimiento

De una población estimada de 80.000 habitantes antes de la epidemia de Peste Negra de 1348, se dice que alrededor de 25.000 se dedicaban a la industria de la lana en la ciudad: en 1345 Florencia fue el escenario de un intento de huelga de los cardadores (ciompi), quienes en 1378 iniciaron una breve revuelta contra la oligarquía, la llamada la Revuelta de los Ciompi. Después de su supresión, Florencia estuvo bajo el dominio de la familia Albizzi (1382-1434), grandes rivales de los Médici. Cosimo de Médici fue el primer miembro de la Familia Médici en controlar la ciudad entre bastidores. Aunque la ciudad era técnicamente una especie de democracia, su poder venía de una larga red de patrocinio además de su nueva alianza con los inmigrantes, la gente nuova. El hecho de que los Médici eran banqueros del Papa también contribuyó a su ascenso. Cosimo fue sucedido por su hijo Piero, que fue sucedido poco después por el nieto de Cosimo, Lorenzo, en 1469. Lorenzo de Médici fue un gran patrón de la artes, encargando trabajos a Miguel Ángel, Leonardo Da Vinci y Botticelli. Lorenzo también fue un talentoso músico y trajo a Florencia a algunos de los compositores y cantantes más famosos del momento, como Alexander Agricola, Johannes Ghiselin, y Heinrich Isaac.
Tras la muerte de Lorenzo en 1492, le sucedió su hijo Piero II. Cuando el rey francés Carlos VIII invade el norte de Italia, Piero II elige resistir; pero cuando se da cuenta del tamaño de la armada francesa a las puertas de Pisa, tiene que aceptar las humillantes condiciones del rey francés. Esto hace que los florentinos se rebelen y expulsen a Piero II. Con su exilio en 1494, el primer periodo del gobierno Medici termina con la restauración de un gobierno republicano.

 

Duomo de Santa Maria del Fiore

La catedral (en italiano duomo, proviene del latín "Domus Dei", ósea "Casa de Dios") consagrada a Santa María del Fiore se encuentra en pleno casco antiguo de la ciudad. Data del siglo XIV, en pleno Renacimiento temprano. Es famosa por su gran cúpula, que tiene 45 m de diámetro y 100 de altura. Fue diseñada por Brunelleschi, uno de los más grandes arquitectos renacentistas. En el interior contiene unos frescos de Giorgio Vasari que representan el juicio final. El edificio, de unas dimensiones gigantescas, es de cruz latina, con una nave principal y dos laterales. El suelo está recubierto de mármol de colores que forma un laberinto de formas y texturas. Excepto la cúpula y los tejados de cerámicas naranjas, las paredes del templo están recubiertas de mármol toscano blanco, verde y rosa, formando dibujos nerviosos y mágicos. Este recubrimiento data del Renacimiento, excepto el de la fachada, que es del siglo XIX.
Una característica que tienen muchos templos italianos es que el campanario no está unido a la iglesia, sino separado, a pocos metros de la misma. Fue diseñado por Giotto y está completamente recubierto por mármol toscano de colores vivos.
Justo delante de la catedral se encuentra el suntuoso baptisterio, lugar donde se bautizan los bebés. El gran atractivo del baptisterio es la puerta Este, con paneles donde Ghiberti talló unos bajorrelieves en la madera y más tarde recubrió con papel de oro. Movido por su gran ego, talló su propia imagen en la puerta.


 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario